Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos. (Proverbios 27:2)

by Josnely Bueno

¿Cuantas personas no se llenan la boca con arrogancias, altanería, con altivez de espíritu, con el famoso ego llamado YO?

Para ser sincera yo fui una de ellas. Les puedo decir como testimonio que antes de iniciar mis caminos en el Evangelio, era una persona muy pero muy distinta a lo que ahora soy, y aun no me alabara constantemente con palabras, lo hacía con mis actos, pensaba que era la última Coca Cola del desierto, que nadie era mejor que yo, que la mayor aparte de las personas con las cuales compartía eran inferiores a mi, sin embargo, esto fue una forma de hacer una coraza para que nadie intentara hacerme daño, de demostrarles a los demás que yo me valoraba a mi misma (pero esto fue al extremo, y en vez de valorarme lo que hacía era exaltar mi corazón), pero lo único que logré con todo esto fue hacerme mas daño y dañar de igual forma a los demás. (Pero gracias a Dios tomé la decisión de encomendarme en las manos del Alfarero, el cual poco a poco fue moldeando y quitando ciertas cosas en mi manera de actuar)

Al pasar el tiempo he comprendido que engrandecerte es la mejor manera de:

-Demostrar tu inferioridad e inseguridad de ti mismo/a,
-Tratar de llenar ese vacío o carencia de Dios, de un Padre, Madre, Familia… con cosas circunstanciales/momentáneas que al fin y al cabo solo terminan hundiéndote en un abismo sin salida.

Alábate el extraño y no tu propia boca, porque cuando lo haces tú, te muestras como una persona que lo único que tiene en su cabeza es YO, YO y YO.

En vez de reinar tú, deja que Cristo tome el control de todo tu ser, porque cuando hacemos las cosas sostenidos de Dios., las cosas se tornan mejor.

Dios les Bendiga y les Guarde!!!!