LA RUTINA DE SAN VALENTIN

by Ana Espinal

¿Quien dice, que San Valentín es solo para los enamorados? Yo tengo años pasándome un rato en compañía de mis amigas. Nos sentamos en un café para observar lo que sucede a nuestro alrededor para ver el huidero de la gente.

LO QUE MAS SE VE…

Lo que más se ve en este día tan especial, es como la gente visita, tiendas, las floristerías restaurantes, y los famosos traga carros (cabañas).

Y la gente con un huidero, vestidos de rojo y blanco. No se quedan atrás los de negro, para resaltar ante la multitud, que Cupido no hizo bien su trabajo.

Pero... ante todo esto debemos saber quien fue San Valentín?

Era un sacerdote que nació en Roma a mediados del siglo III y que gozó de un gran prestigio en aquella ciudad hasta el punto que el emperador Claudio II lo invitó a su palacio para mantener una conversación y conocer de esta manera el porqué de su fama. Según la tradición, Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer "propaganda" de la religión cristiana y convencer al emperador para que siguiera los pasos de Jesús.

Aunque en un principio Claudio II se sintió atraído por aquella religión que los mismos romanos perseguían, los soldados y el propio Gobernador de Roma, Calpurnio, le obligaron a desistir y organizaron una campaña en contra de nuestro santo. Claudio no tuvo más remedio que hacer marcha atrás y mandó a Calpurnio que lo procesara. Pero aquella misión la llevaría a cabo el lugarteniente del gobernador, Asterius.

Cuando fue llevado ante él, éste se mofó de la religión cristiana y puso a prueba a Valentín. Bajo un tono de burla, le preguntó si sería capaz de devolver la vista a una hija suya que era ciega de nacimiento. Valentín aceptó y en nombre del Señor obró el prodigio. Asterius y toda su familia se convirtieron al cristianismo, pero Valentín no se salvó del martirio, ya que temiendo una rebelión del ejército romano y de los paganos, el emperador lo mandó ejecutar. Era el año 270.

Los restos mortales de San Valentín se conservan actualmente en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni. Cada 14 de febrero se celebra en dicho templo, una acta de compromiso por parte de diferentes parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente.