El Tiempo

by Alberto Torres

Irremediablemente pasante, irretroactivo y voráz. Días, semanas, meses, todos pasan y no se puede recuperar. Definitivamente las cosas que se valoran son muchas y a la vez escasas, y es que inmediatamente agotamos sus recursos perdemos algo de lo que se ha conseguido.

El tiempo, la clave está en saberlo aprovechar, pues este sólo tiene recompensa para aquellos que pasan sus segundos y minutos haciendo lo que le gusta hacer, sin embargo puede ser aplastante para los que actúan por simple necesidad.

Un ejemplo de esto es que los escritores que escriben atendiendo al llamado de la razón son capaces de publicar grandes obras. O ¿acaso no fue la razón y el corazón de Cervantes la que parió al Quijote?, o ¿no fue el raciocinio de Juan Jacobo Roseau el que hizo escribir el Contrato Social? lo mismo se aplica a los pintores, escultores, artesanos, etc. pero aquellos que lo hacen por simple obligación no dejan de ser simples en lo que hacen, a ellos el tiempo les pasa porque lo pierden y porque lo malgastan.

Incluso, las construcciones de los pueblos se hacen tomando en cuenta el tiempo, que por lo ideal sería que cada ciudadano participara de todas las desiciones públicas, que eligiera a todas los funcionarios que los van a gobernar, pero eso implicaría que el pueblo esté en participación constante, no se trabajaría, no se estudiaría, no se escribiera, etc.

En este caso lo optimo es que aquello que se adapta a las circunstancias del presente, aunque no sea mejor, es que una persona elegida por la sociedad designara a sus funcionarios.

El tiempo es democrático, amante de quien lo sabe aprovechar, y perjudicial a quien no lo aprovecha, de quien lo ve simplemente pasar sin pensar. Asi que no debemos perder ni un instante de unirnos como país y pensar siempre en cada momento es importante para que el tiempo no nos aplaste.